Artrosis
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  • Foto del escritorFurman Salud

Artrosis

Cuando se habla de artrosis, se plantean muchos interrogantes ya que lo único que el paciente sabe sobre esta afección es que produce dolor y sufrimiento. Mucho es lo que se habla, se ilustra y mucho más son los tratamientos que pululan; desde los más científicos hasta los más curanderiles y pocos académicos, destinados al bolsillo del enfermo.



Artrosis es el desgaste de los cartílagos que protegen nuestras articulaciones y estos cartílagos viven gracias a la alimentación que reciben cuando ésta es deficitaria, sobre todo en glucosa, el condrocito, que es la célula que conforma el cartílago, muere, o sea que envejecemos articularmente por desnutrición. Las superficies del cartílago que normalmente son lisas, se vuelven rugosas por lo que cada movimiento significa un desgaste, una destrucción paulatina de la articulación. Sin embargo, esta abrasión no es dolorosa pues en esos lugares no hay terminaciones nerviosas; lo que duele son las partes blandas como pueden ser los ligamentos, tendones, cápsulas y tejido sinovial, que se inflaman por la inestabilidad articular y se manifiesta con hinchazón, enrojecimiento, dolor al movimiento, deformación y crujidos.

Ahora bien, no siempre nos comportamos correctamente con nuestro esqueleto; la vida en sí, es movimiento y el ser humano de hoy en día es excesivamente sedentario debido a que no tiene tiempo para dedicarse a sí mismo y la inmovilidad compromete notablemente la nutrición de los cartílagos. Esto fue demostrado por un grupo de investigadores escandinavos que demostraron que individuos que realizaron en su vida ejercicios adecuados, retrasaron 10 años la aparición de la artrosis, comparados con sus pares que no habían practicado actividad física.

Por eso se aconseja realizar trabajo físico, sin sobrecarga, los ejercicios excesivos y con esfuerzo, perjudican; tampoco es adecuado realizar carreras o trotar en terrenos duros y sin el calzado deportivo que amortigüe cada taconeo.

Con respecto a las indicaciones, recordemos que actualmente existen remedios que ayudan a nutrir el cartílago y no debemos olvidar que sus células, los condrocitos, no se reproducen; al nacer, la naturaleza nos da una única provisión que nos deberá alcanzar para toda la vida. Cuando ya se ha instalado el dolor, sepa usted, que los innumerables tratamientos con los que cuenta la medicina y la kinesiología pueden aliviarlo, alejando al fantasma de la invalidez que en algunas noches se acerca a su mente.



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