Los discos intervertebrales son estructuras gelatinosas compuestas en un 80% de agua y contenidas en anillos de fibrocartilago. Estos discos cumplen una doble función: por un lado hacen de adaptadores articulares entre las vértebras para brindarle a la columna la gran movilidad que la caracteriza y por otro lado hacen de amortiguadores para mantener la distancia entre las vértebras y que no friccionen entre sí.
Si bien estos discos son muy resistentes pueden deformarse o romperse y el contenido, llamado núcleo pulposo, se escapa hacia afuera comprimiendo estructuras periféricas como por ejemplo hacia atrás la médula espinal y hacia los lados las raíces nerviosas que emergen de entre las vértebras y se dirigen hacia todo el cuerpo.
Síntomas:
Dolor local: cervical, dorsal, lumbar y/o sacrocoxígeo
Dolor irradiado: hacia los miembros superiores, miembros inferiores, cabeza o visceral
Falta de sensibilidad del área del recorrido del nervio comprimido por el disco
Falta de fuerza muscular del miembro afectado
Sensación eléctrica, ardor o picor sobre el área del recorrido nervioso alterado
Claudicación de las piernas al caminar pocas cuadras
Claudicación de las manos al sostener objetos
El dolor se incrementa al estar de pie o caminando y disminuye al estar acostad@
Tratamientos:
Sistema Súper Inductivo BTL (S.I.S.) - Ver tratamiento